¿Cómo cultivar apio en casa? Solo necesitas un manojo

El apio es una verdura llena de beneficios que vale la pena aprovechar, ya sea en jugos o ensaladas, en algún tipo de guiso o sólo con limón y sal; de cualquier forma se puede gozar de su peculiar sabor, así como de sus propiedades.
Recordemos que, al estar conformado por agua y fibra, el apio puede ayudar a regular la presión arterial, reducir los niveles de colesterol malo en la sangre, estimular la producción de saliva y prevenir la aparición de úlceras gástricas. Además funciona como un depurativo y diurético natural, evitando problemas de estreñimiento y la retención de líquidos, entre muchos otros más beneficios.

Todas estas son razones para aprender cómo cultivar apio, pues si bien no es un alimento caro, nada se compara a la frescura y calidad, además de seguridad, de los productos cultivados en casa. A continuación te explicamos cómo es que debes hacerlo.
Cómo cultivar apio paso a paso
Cultivar apio es bastante sencillo, tan solo necesitas los siguientes materiales:
- 1 manojo completo de apio
- 1 recipiente de vidrio con agua
- 1 maceta mediana
- Tierra y un poco de abono
Paso a paso:
- Toma el manojo y con cuidado corta hasta tener una base de unos 10 centímetros, partiendo desde la parte inferior para arriba. El resto del apio puedes lavarlo para después comerlo.
- Ahora coloca la base del manojo de apio en un recipiente con agua. La parte inferior debe ir inmersa en el agua, pero esta apenas debe cubrirlo ligeramente.
- Deja en un lugar fresco pero iluminado y espera entre siete y 10 días para que comiences a ver los primeros brotes de la planta.
- Una vez que los primeros brotes han comenzado a aparecer, es momento de llevar tu planta de apio directo a la tierra, así que llena hasta 3/4 la maceta que hayas elegido.
- Con mucho cuidado de no maltratarla, limpia la planta retirando los tallos viejos exteriores del apio y dejando libre a los nuevos brotes.
- Coloca la planta de apio dentro de la tierra y cubre sin llegar a tapar las primeras hojas que ya han nacido.
- Humedece la tierra pero no la inundes ya que podrías matar la plantita de apio.
- Una vez que tu planta está colocada en una maceta, deberás regarla unas dos o tres veces por semana de forma que la tierra se mantenga ligeramente húmeda. Procura colocarla junto a los rayos del sol un par de horas al día en especial por las mañanas.
- Finalmente espera por un par de semanas hasta que los nuevos tallos comiencen a crecer.
- Una vez que lleguen al tamaño indicado, córtalos partiendo de la base pero no desentierres toda la planta. Si continúas con sus cuidados volverán a crecer tallos nuevos y así obtendrás tu fuente inagotable de apio en casa.