Hace un año que no compran nada y los niños no se dan cuenta
Scott y Gabby Dannemiller son una pareja estadounidense que ha decidido tener dos hijos y formar una familia. Con el tiempo, reflexionaron sobre el estilo de vida que llevaban, decidiendo cambiarlo y adoptar otro.
Se dieron cuenta de que estaban consumiendo más productos de los que necesitaban y no querían que sus hijos Jake (7) y Audrey (5) hicieran lo mismo. Por eso han encontrado un método excelente para enseñarles a centrarse más en las experiencias capaces de enriquecerlos que en los objetos.
Motivados por esta idea, esta familia dejó de comprar cualquier artículo inútil durante todo un año, cubriendo solo sus necesidades básicas. En pocas palabras, compraron comida, pero no gastaron dinero en ropa de moda, juguetes, electrónica u otros artículos que no eran completamente necesarios para la vida.
Al hacerlo, esta familia pudo encontrar cierto tipo de conexión que no tenían antes. Los juegos se convirtieron en objetos para ser reutilizados, y la diversión ya no se basaba en dispositivos electrónicos, sino en juegos grupales.
Después de pasar por esta experiencia durante aproximadamente un año, Scott y Gabby decidieron contar su experiencia en un libro llamado “Un año sin ir de compras: las aventuras de una familia que dejó de consumir”.
Antes de dejar de comprar, los Dannemiller hicieron un análisis detallado de cómo se gastó el dinero y notaron que la mayor parte de los ingresos se destinaron a regalos físicos para los niños.
Al principio, los padres negaban a sus hijos la compra de juguetes nuevos respondiendo: “Cuesta demasiado”. Pero descubrieron que al hacerlo enviaban el mensaje equivocado a sus hijos, a saber, que necesitaban más dinero. Por eso comenzaron a responder: “No lo necesitamos”.
Después de aproximadamente un año, los niños dejaron de pedir objetos materiales y prefirieron experiencias. Por ejemplo, un viaje a una granja o zoológico.